lunes, septiembre 25, 2006
Cataratas del Iguazú.
Las Cataratas del Iguazú son sin duda la niña bonita de la provincia de Misiones y unos de los primeros atractivos naturales más imponentes de la Argentina y por que no decir, de América. Junto con el Parque Nacional Nahuel Huapi en la Patagonia, es uno se los sitios más frecuentados por los turistas.
En guaraní, el termino Iguazú se traduce como "Aguas grandes". Fueron descubiertas en el año 1541 por el adelantado Alvar Núñez Cabeza de Vaca. En 1984, la UNESCO las declaró como patrimonio natural de la humanidad.
Ubicadas dentro del Parque Nacional Iguazú, a unos casi 20 Km. de la ciudad Puerto Iguazú al norte de la provincia, comparten sus saltos con Brasil. En este vecino país, el río nace en el estado de Paraná. Luego de recorrer unos 1200 km. por una meseta, absorbiendo el caudal de los afluentes que se topa en su camino, llega a un punto donde una falla geológica forma una grieta en la llanura. Como si una gigante pala se hubiera hundido en la tierra separando sus lados.
Solo que en este corte, coincide con el paso de un río.
Un río que viene recorriendo una geografía tranquila, sin demasiados sobresaltos, que de a poco encuentra en su transitar, una seguidilla de saltos. Y de repente 80 mts. de desnivel la convierten en una violenta sensación de vértigo. La Garganta del Diablo, una montaña rusa en su mayor descenso, combinada con un constante tronar ensordecedor que se sumerge en lo más profundo de la asfixia, para luego mansamente, desembocar a pocos kilómetros en el río Paraná.
Una de las varias leyendas cuenta de la existencia de una serpiente gigante "Boi", la cual vivía en el interior del río. Para aplacar su ferocidad, los aborígenes una vez por año sacrificaban a una dama arrojándola a las aguas como ofrenda hacia la bestia. En una de esas ofrendas un valiente guaraní raptó a la doncella elegida para salvarla del tradicional rito, escapándose en canoa por el río.
Boi al enterarse de la osadía entro en cólera y encorvando su lomo partió el curso del río, creando así las cataratas y de este modo separó a ambos indígenas.
El visitante encontrará más de 270 saltos a lo largo de los acantilados e islotes, repartidos en un media luna que forma este accidente geográfico.
Desde el centro de visitantes, los senderos se pueden recorrer a pie o sino se puede optar por un pintoresco trencito a combustión a gas.
Básicamente se la puede conocer a través de dos circuitos. Uno inferior y otro superior.
En el inferior se llega a la base de los saltos, la fuerza del agua transformada en rocío o vapor terminan mojando a los concurrentes. Pero la experiencia es única, vale la pena animarse a la aventura. También desde este circuito se puede tomar un bote con destino a la isla San Martín.
En el superior, el paseo es más sedentario. Vistas panorámicas desde las pasarelas y los miradores hacen de la estadía una experiencia inolvidable.
Dentro del recorrido, saliendo de la estación Cataratas, llegamos a la pasarela que atraviesan el río superior. Luego de caminar por ella arribamos al borde del balcón de la Garganta del Diablo, el salto de agua más grande de todos. La sensación de impotencia es como pocas y por más que saquemos millones de fotografías de este rincón, nunca lograremos expresar con imágenes lo vivido en este lugar. El caudal es tan grande y su densidad tan vertiginosa, que uno se siente vulnerable frente a este particular escenario.
Pd:recuerden hacer clik sobre la foto para agrandar.
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5 comentarios:
¡Que hermosura! ¡Que paisaje! Debe ser una verdadera aventura irse allí. Quizás, la leyenda esa que se cuenta sea cierta.¿Por qué decir que no? Nada más que puede que ocurriera hace muchos años.
Es bellísimo.No sé como se puede permitir el destrozo de la naturaleza.
¡ Qué maravilla! Realmente es espectacular y, al lado suyo nuestros ríos son una meadilla ¡Ja,ja,ja! ¡ Más quisiéramos nosotros tener algo así!
Me encanta ¿Qué decir? PRECIOSO.
QUE HERMOSAS LAS CATARATAS!!, TODO UN ESPECTACULO DE LA NATURALEZA, TODAVIA NO LAS CONOZCO, CUANDO TUVE OPORTUNIDAD DE HACER VIAJES, ME LLAMABA MAS LA ATENCION EL SUR, PERO CADA DIA TENGO MAS GANAS DE VISITARLAS.
MUY BUENA TU ELECCION.
Hace como veinte años estuve allí, llegué en avión y el piloto nos decía que miraramos por las ventanillas la vista de las cataratas. Toda la gente que había ido me decía que se habían emocionado y yo decía que bueno, muy lindo pero que sólo era mucha agua cayendo! Cuando estuve frente a ellas me invadió una extraña sensación y comencé a llorar ante tanta belleza imponente!!!
Es una experiencia única...sólo se puede vivir, contarla no basta!
Besos!!!!
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